Como Brigid recuperó el arpa del Dios celta Lugh
Hace muchos siglos, en la antigua Europa, las culturas celtas florecían en varias partes de la región. Eran pueblos guerreros y valientes, pero también tenían una gran conexión con la naturaleza y la magia.
Cuenta la historia, que en una pequeña aldea celta, vivía una joven llamada Brigid. Era conocida por su belleza y su gran habilidad para tejer y bordar. Pero lo que más destacaba en ella era su amor por la música. A menudo se sentaba cerca del río y tocaba su lira mientras cantaba canciones populares.
Un día, mientras Brigid estaba en el bosque recogiendo hierbas para hacer té, se encontró con un hombre extraño. Era alto y delgado, con una larga barba blanca y ojos azules como el cielo. El hombre se presentó como Lugh, un dios celta.
Brigid no podía creer lo que estaba viendo. Pero Lugh le aseguró que era real y que había venido a pedirle un favor. Le explicó que había perdido su arpa mágica y que necesitaba encontrarla antes de la próxima luna llena.
Brigid, emocionada por conocer a un dios de su cultura, aceptó ayudarlo. Lugh le dio algunas pistas sobre dónde podría estar la arpa y desapareció tan misteriosamente como había aparecido.
Brigid comenzó a buscar el arpa mágica de Lugh en todo el bosque. Se adentró en lugares peligrosos y oscuros donde nunca había estado antes. Pero nada parecía indicar que la arpa estuviera allí.
Finalmente, después de varios días de búsqueda, Brigid llegó a una cueva oscura en el borde del bosque. La entrada estaba cubierta de musgo y parecía que nadie había entrado allí en años. Pero Brigid sintió que era el lugar correcto.
Con cuidado, entró en la cueva y se encontró con una sorpresa increíble. En el centro de la cueva, había un pequeño lago cristalino. Y flotando en el medio del lago estaba la arpa mágica de Lugh.
Brigid sabía que no podía simplemente tomar la arpa y salir corriendo. Había oído historias sobre las trampas que los dioses solían poner para proteger sus objetos mágicos. Así que decidió esperar y observar.
Pasaron varias horas antes de que sucediera algo. De repente, una figura se materializó frente a Brigid. Era un espíritu del agua, una criatura mágica que protegía el lago y el arpa.
El espíritu del agua le dijo a Brigid que no podía llevarse el arpa sin resolver un enigma primero. "Si quieres llevar el arpa mágica de Lugh, debes responder a esta pregunta: ¿Cuál es el sonido más dulce del mundo?"
Brigid se quedó perpleja. ¿Cómo iba a responder esa pregunta? Pero entonces recordó algo que su madre le había dicho una vez: "El sonido más dulce del mundo es el latido del corazón de alguien que amas".
Confiando en su instinto, Brigid respondió: "El sonido más dulce del mundo es el latido del corazón de alguien que amas".
El espíritu del agua sonrió y le dio la arpa mágica de Lugh. "Has demostrado ser digna de llevar este objeto sagrado", dijo. "Pero ten cuidado, la magia de la arpa es poderosa y peligrosa. Úsala sabiamente".
Brigid salió de la cueva con el arpa mágica en sus manos. Se sentía emocionada y aterrada al mismo tiempo. ¿Cómo iba a devolver la arpa a Lugh? ¿Qué pasaría si algo le sucedía en el camino?
Pero Brigid no tenía que preocuparse. Cuando llegó a su aldea, encontró a Lugh esperándola en su casa. El dios estaba muy contento de recuperar su arpa mágica y le agradeció a Brigid por su ayuda.
"Has demostrado ser una verdadera hija de los celtas", dijo Lugh. "Eres valiente, inteligente y tienes un gran corazón. Te concedo mi bendición y te aseguro que siempre estaré aquí para ayudarte cuando me necesites".
Desde ese día en adelante, Brigid se convirtió en una leyenda en su aldea. La gente hablaba de su valentía y su habilidad para resolver problemas difíciles. Pero lo que más les gustaba era escucharla tocar el arpa mágica de Lugh, que ahora era suya.
Y así termina esta historia de las antiguas culturas celtas, donde una joven valiente demuestra que con coraje y amor todo se puede lograr.